Rejuvenecimiento facial con Mesoterapia
Con la edad el contenido de agua de nuestra piel disminuye, y es en ese momento cuando empiezan a aparecer las arrugas y la piel pierde firmeza.
Los fibroblastos son las principales células de la dermis y son esenciales para la firmeza y la densidad de la piel. Son los productores de todas las moléculas de sostén de la piel, como el colágeno y las fibras elásticas pero también de la sustancia fundamental de la matriz dérmica, que está constituida por ácido hialurónico, glicoproteínas de estructura y proteoglicanos. Este gel rellena el espacio entre las fibras y las células dérmicas y permite a la piel estar tersa, flexible e hidratada.
Por ello una buena hidratación es fundamental, con el uso periódico de cremas cosméticas por un lado y por otra parte con mesoterapias que aporten de ácido hialurónico para una hidratación mucho más profunda y duradera.
La mesoterapia consiste en la aplicación de microinyecciones de ácido hialurónico, vitaminas o aminoácidos a nivel intradérmico, es decir a unos 1-2 mm de profundidad en la piel. El procedimiento se reduce a unas molestias totalmente asumibles gracias al empleo de una anestesia tópica formulada específicamente para este fin.
Se trata de una técnica segura y rápida de realizar que ayuda a corregir los signos de envejecimiento devolviendo a la piel la luminosidad, hidratación y la tersura que se van perdiendo con el paso del tiempo. Es un tratamiento estético eficaz con resultados satisfactorios en el rejuvenecimiento de la piel facial, cuello y escote.
El resultado empieza a notarse desde la primera sesión. El número de sesiones dependerá de las condiciones de la piel de cada paciente. En general, con cuatro sesiones en cuatro o seis semanas es suficiente. El resultado no es permanente, por lo que se hace necesario un mantenimiento inicialmente una vez cada mes que posteriormente se irá espaciando.