- Realización de pruebas a nivel físico, psicológico y biológico, que aportarán datos relevantes sobre cómo están actuando los diferentes órganos y sistemas.
- Evaluación del riesgo cardiovascular, función respiratoria y función gastrointestinal, de posibles alteraciones osteo-articulares, de la función renal y hepática.
- Evaluación neuropsicológica.
- Valoración de los hábitos dietéticos
- Comprobación el estado físico-atlético con medición de la composición corporal (cantidad de grasa, músculo y agua del organismo).
- Realización de pruebas bioquímicas en sangre y orina, relacionadas con el estrés oxidativo, el perfil de ácidos grasos, perfil hormonal completo, riesgo cardiovascular y oncológico (entre otros) así como el estudio genético e inmunológico.
Con dichas pruebas evaluaremos la potencial aparición de enfermedades y la velocidad de envejecimiento estableciendo medidas preventivas y correctivas para frenar su progresión. Una vez realizadas se elabora un perfil personalizado del envejecimiento de cada paciente, determinando cuáles son las áreas más conflictivas biológicamente hablando y dónde debe centrarse el tratamiento. Una vez realizada la etapa diagnóstica, se hace una propuesta de tratamiento personalizada y se establecen controles periódicos para evaluar la evolución del paciente.
EN QUÉ CONSISTE EL TRATAMIENTO
El plan de salud personalizado se basa en:
- Programa de ejercicio físico personalizado, según las necesidades y estado de forma física de cada paciente.
- Tratamiento nutricional: está demostrado que adquiriendo unos buenos hábitos alimenticios, siguiendo una dieta adaptada acorde a la situación de cada paciente y con unas características apropiadas, favorece una longevidad saludable.
- Suministro de vitaminas, minerales u oligoelementos, antioxidantes y demás nutrientes específicos que cumplan una función de defensa y reparación en el organismo.
- Reposición hormonal natural si es necesaria.
- Ejercicios mentales para el control del estrés, refuerzo de la concentración y la memoria.